Don Alberto Baillères tuvo siempre un profundo amor por México y la convicción de que la educación es la mejor manera de acercar a nuestros niños, niñas y jóvenes a mejores condiciones de bienestar y desarrollo. Así nació la Fundación que hoy lleva su nombre.
Con el lema de la Fundación Alberto Baillères, “En comunidad para transformar”, nuestra labor de vinculación con las comunidades educativas nos ha permitido reconocer nuestro papel de agente que habilita un proceso de diálogo y de acción reflexiva, que entreteje redes de colaboración para activar voluntades y establecer acuerdos dirigidos a la creación de hábitats educativos como espacios de bienestar para toda la comunidad.
Este aporte se traduce en la construcción de un andamiaje de alianzas, que parte de visiones compartidas, para contribuir al ejercicio pleno del derecho a la educación en las comunidades más vulnerables de nuestro país. Además, se propone alcanzar transformaciones individuales, colectivas y sociales significativas, democráticas y transferibles a otros ámbitos educativos.
A las comunidades educativas quiero expresarles toda mi gratitud: gracias por confiar en nosotros; gracias por abrirnos las puertas; gracias por soñar con un espacio digno y seguro, que brinde bienestar y desarrollo humano para todos. Y gracias por demostrar su unión, más allá de la diversidad ideológica y de opiniones, siempre poniendo en el centro a las generaciones de niñas, niños y jóvenes que tendrán la oportunidad de escribir una historia diferente para el desarrollo de sus vidas, de sus familias, de su comunidad y de nuestro país.
Muchas gracias.